Me
había quedado dormida exhausta, totalmente agotada.
Algo
de pronto comenzó a dolerme, era el brazo, me dolía tan horriblemente que el
dolor en lugar de dormirme me hiciera despertar.
Fue
un despertar, sobresaltado y sorprendente, me quede sorprendida cuando mire y
me vi en un charco de sangre.
Me
intente incorporar pero el brazo estaba sujeto a la cama, me gire y vi, una
flecha me atravesaba el brazo, se había clavado en la cama y era como si mi
brazo se hubiera pegado a ella.
Mire
frente a mí, un horrible ser con un arco y una flecha me miraba con una
horrible mueca por sonrisa.
Comenzó
a acercarse a mí, estaba claro que yo no estaba en buena situación, de hecho
estaba en la peor de todas las situaciones.
Me
sentía morir, estaba tan cansada de luchar y el dolor me estaba desgarrando el
cerebro, no podía pensar, de hecho todo mi afán era no desmayarme.
El
monstruo por fin se presento, era Horr, el Capitán del batallón del este, se
acerco a una distancia prudencia y me golpeo el brazo con el arco, el dolor era
horrible.
Pero
contuve el grito, esto le hizo reír a carcajadas.
Estaba
muy, pero que muy mal y lo peor es que si me movía este cuerpo podría quedarse
sin brazo, pero mi mente se centro en otra cosa, en mi dragón.
Horr,
escucho un leve susurro a su espalda, se giro, me miro con una cara de desdén y
dijo golpeándome el brazo con golpes que cada vez eran más fuertes.
-
No llames a tu monstruo o le mataremos, esta
todo rodeado-
Unas terribles llamaradas encendieron la noche, los
gritos de los monstruos y de la gente chillando se hicieron patentes.
-fuego, fuego.
Con la mano que tenia libre me limite a sacar la flecha,
si eras de Horr, tendría veneno y poco tiempo para sacarla y que no me
paralizara más.
Aproveche que Horr estaba más pendiente de mirar por la
ventana viendo como las llamas lo consumían todo.
Aunque el dolor me hizo desmayare pude ver como una enorme cabeza atravesaba la
puerta y arrancaba a Horr del suelo.
Luego se hizo un horrible silencio, me desmaye.
Cuando abrí los ojos
estaba en una sala y una mujer muy agradable y gordita, me decía que ya
estaba mejor, que el peligro había pasado.
Me contaba algo de la contra, me hablaba sin parar y yo
me dormí, creo que me habían dado algo para dormir, pero antes mire a mi brazo,
estaba o no estaba, no lo sé, puede que haya perdido mi brazo derecho.
Caí en un sueño sin sueños, caí………………….
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