sábado, 29 de septiembre de 2012

La Busqueda- el final

Ad Mortem festinamus,
Ad mortem festinamus,
Ad mortem festinamus,
Ad mortem festinamus
(Grupo: Qntal)
¿Me has estado buscando?- la voz se hacía casi un grito, desperté sobre mi dragón, eran un sueño.
Un escalofrió me recorrió, unos ojos me observaban desde un lugar impreciso.
Me concentre, mis pensamientos se retorcían entre un lugar y otro, el hospital, me desperté sin recordar quién era, pero Alfonso me explico.
El ser tras los cristales de mi cuarto, parecía conocerme-
La mujer vestida de blanco que me cruce, me observo como si me conociera.
¡Llegue la espesura verde se extendía frente a mí!

 Pero................ sentí el dolor de la selva, sentí el llanto de los arboles.
Me incorpore, frente a mí la gran pirámide me observaba en silencio.
Descendí de Crac, subí hasta el lugar donde se mancillo a al dios de los muertos, para satisfacer a otros dioses.
Me arrodille y espere, el sol tenía que caer, entonces podría entrar en el cenote y  solo entonces entraría en el reino de hades.
Había gente a lo lejos, parecían estar estudiando las piedras, miraban sin comprender.
Sentí dolor, por aquellos que juraron salvaguardarlas, pero fueron asesinados por haber intentado que el saber no cayéra en malas manos.
Ahora tenía que esperar, esperar a que el sol cayera.
 

Ahora sé que no estoy sola, que hay más seres que intentaran cerrar la apertura.

Pero mientras el tiempo se acorta y antes de que nos juntemos, cada uno de nosotros hemos de realizar nuestra parte del trabajo.

Solo así conseguiremos ser lo suficientemente fuertes para evitar el exterminio de unos y el sometimiento y muerte de otros.

Cada uno estamos aquí por unos dones especiales.

Ahora lo sé, mientras el sol se pone, veo, veo……………………………

Los seres llamados han sido convocados, unos han llegado a la vida desde la muerte, otros han despertado del letargo y otros descubren quien es mientras buscan respuestas en los espejos en los que no pueden ver su imagen real, pero cada uno de nosotros tenemos una razón para estar aquí.

Mire al horizonte el sol aun no se había puesto, las personas y su libre albedrio si supieran la suerte que tienen no desperdiciarían su tiempo.

martes, 25 de septiembre de 2012

KUAN YIN CAPITULO VIII









                               
                                                          KUAN YIN











CAPITULO VIII




EL CORAZÓN





El regreso al cuerpo siempre resulta cansado. Los primeros segundos te sientes cómo si no se ha descansado tres días seguidos. Al llegar, mi cuerpo se encontraba en la misma posición. El lugar estaba tranquilo y solitario, así fue más fácil incorporarme.

Noctus Corpus” Ese nombre resuena tras el viaje. Cuando me encontraba cerca del corazón había interferencias, otras voces o ecos, bien podían ser del pasado o de éste tiempo presente.
El propio corazón cuando estaba iluminado, vi en el la imagen de dos mujeres acompañándome. Dos extrañas figuras de las que no se me había hablado en la misión. Me pareció reconocerlas en los recuerdos de aquellos pasillos de hospital. En la imagen del corazón me mostró

sus rostros, ahora reconocer a esas dos mujeres era fácil.
Ahora surgen las preguntas. ¿ Por qué razón aparecen junto a mí? ¿ Es imprescindible que estemos las tres juntas en ese momento? De ser así, ¿ Por qué no se me dijo al inicio de la misión? Todas las preguntas que se van formando y sobre todo, lo importante era el papel de cada una.
Bueno, seguro que el nombre que me resuena es de una de ellas. Quizás tenga que decirla algo y por eso su nombre se me ha mostrado.
El corazón nos muestra a las tres, es importante por alguna razón que allí nos reunamos.