jueves, 22 de agosto de 2013

Desafío y guerra VI- la II muerte de la no muerta.




Eres 
mi carta de navegación 
puedes 
tenerme a tu disposición 
sabes 
que soy cuenta pendiente de tu colección 
tengo que darte siempre la razón. 
Dices 
que sabes lo que haces en cada ocasión 
quieres 
tener entre las manos la situación 
vives 
por ser en cada caso el centro de atención 
tengo que darte siempre la razón.
(canción Corazón  de Rosendo) 


Me despierto en medio de un ruido, un pitido nítido y constante.


A mí alrededor, todos parecen estar muy nerviosos, se mueven acelerados, como si algo malo pasara.
Yo intento moverme pero no puedo, de hecho los veo desde fuera de mi cuerpo, veo a este cuerpo en esa camita diminuta.
Entonces recuerdo que vine a hacer.
Y mi espíritu hace por entrar, sin embargo percibo algo que llega desde la habitación de al lado, alguien corre, se mueve.
Allí está la muerte, me está mirando, conozco a Thanatos como si fuera mi hermano.
Me señala a un cuerpo en una camita, es igual de pequeña que la de mi cuerpo que creo ha muerto.
Este cuerpo mantiene el pitido constante, pero no es continuo.
Es una mujer joven, es guapa, no parece de aquí, parece de mi tierra.
Observo, el nombre de la camilla, lleva dormida muchos años.
Miro a Thanatos, el me indica que entre en este cuerpo, es necesario.
Lo hago, otra vez he de poner en forma un cuerpo, no me apetece, pero no he venido hasta aquí para acabar así.
Nada más entrar, noto que este cuerpo está dormido, pero en un sueño sin sueños, una noche loca, esto me resuena en la cabeza, loca, loca, loca………………..alguien quedo atrapado en un valle de verdes plantas, la cojo de la mano y la llevo hasta el tártaro, allí desde lo lejos, veo a un capitán que se acerca galopando.
Este espíritu, grita horrorizado, es hora de que llegue al reino de hades, yo me voy a despertar.
Ahora se, que están llegando y no me queda tiempo.
De pronto abro los ojos y de mi boca sale un grito, no es agudo pero si limpio.
Ahora todos están a mí alrededor, se quejan de la noche, de que siempre pasa lo mismo.
Este cuerpo es muy delgado, muy alto, esta chica era agraciada.
Y sus pensamientos surgen en mi idioma natal, Irlandés, pero he de hablar en castellano.
Me dan algo para que descanse, se van.
No tengo tiempo que perder, me arranco las agujas de los brazos, me levanto, este cuerpo lleva mucho dormido.
Es hora de que salga del hospital.

Tengo que coger la ropa, hay un pequeño armarito, pero este vacio, salgo a un pasillo vacio, un cuarto indica enfermería, he de irme y este camisón con el culo al aire no da mucho sentido.
Llamo a mi dragón, cuando llega me subo a su lomo y me alejo.
He de irme.
He de irme, estoy tan cansada. 

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